sábado, 30 de marzo de 2013

Capitulo 8-Shotarella.

Los ojos de Miku mirándolo como si fuera a comérselo en cualquier instante, los eructos alcoholizados de Meiko en sus oídos, la inocente cancioncilla de Luka y los novios tomados de la mano… todo podría parecer la escena más molesta de todo el universo, sin embargo, había otra escena muchísimo más interesante en ese ambiente tan caluroso y húmedo que se respiraba en la sala: Len comiendo una paleta de hielo.

La metía y la sacaba de su boca deliciosamente, disfrutando de todo el sabor que le podía proporcionar. Salía un poco de la comisura de sus labios y lo limpiaba con su lengua; parecía que no quería desperdiciar nada. Parecía que se llenaba de lujuria, y luego entrecerraba los ojos para volver a meter ese pedazo de hielo a su boca, apretándolo con sus labios a un ritmo deliciosamente inquietante.

¡¿Qué acaso nadie más lo veía!?

Kaito no podía soportarlo más, sentados todos alrededor de la mesa en la sala, hincados en el suelo y sus ojos perdidos en los labios de Len Kagamine mientras chupaba esa paleta… Se llevó las manos entre las piernas para evitar cualquier accidente y se reprendió mentalmente el sucio pensamiento.

Si tan sólo esa paleta fuera…

-¡Kaito!- la chillona voz de Miku- ¿Qué tanto estás viendo?

Tuvo las agallas de mirar a la chica de las coletas por un momento y luego volvió sus ojos al gemelo que ahora lo miraba.

-¿No es obvio?- mencionó Len con cierta malicia alejando la paleta un poco- Hasta un niño como yo podría responder a esa pregunta- lamió la punta lentamente mientras aflojaba la corbata de su uniforme y dejaba una parte de su pecho descubierto- ¡Hace tanto calor!

Entonces Kaito pegó su frente contra la mesa cerrando los ojos con fuerza. ¡No podía soportarlo más!

-Apuesto a que no entendió de todos modos- Meiko tomó el hombro de la chica- ¿Acaso quieres que te explique, pequeña Miku?- Ya tenía unas copas de más, pero todo era necesario para ayudar a su amigo en desgracia. Por lo visto, Kaito estaba sufriendo.

-¿Ayudar?- Luka volvió a su estado maternal.

Len los miró a todos detenidamente, terminó su paleta y se puso de pie.

-Prometí que le ayudaría a Kaito con su canción- sonrió de lado esperando las reacciones.

Y todos se quedaron boquiabiertos al escuchar la gran noticia, al parecer Kaito había superado su etapa de depresión excesiva y ahora estaba escribiendo de nuevo, ¡Vaya que era una gran noticia!

-¡Te lo dije!- Gakupo celebró sin soltar la mano de su pequeña y amada novia.

Esos dos, derramaban miel a cada paso que daban, y ahora Rin no escribía más en el pizarrón, simplemente había garabatos escritos sobre la situación sentimental de Len.

Aún no lo sé” escribía Len con azul cuando Rin le preguntaba por sus sentimientos.

-¿Cómo se llama la canción que escribiste?- Al parecer Luka estaba emocionada.

Pero Kaito aún no podía levantar la cabeza de la mesa, tenía que aguantar un rato más e iba a lograrlo cuando sintió que Len tomaba de su mano y lo obligaba a ponerse de pie.

-Se llama- El gemelo Kagamine lo abrazó por la cintura y comenzó a caminar en dirección a su habitación- Shota-rella- le guiñó un ojo a todos mientras entraban en la habitación de Kaito.

Se escuchó que cerraban con seguro y Luka entró en pánico.

-¡¿Shota que!?

Los ojos de todos en la mesa se quedaron estáticos mientras la señorita Megurine entraba en un shock mental y se decidía entre correr a salvar a Len de una violación o simplemente quedarse en la mesa bebiendo con Meiko.

-No puedo creer que el chico haya tenido que hacer el primer movimiento- Meiko cruzaba los brazos- pero bueno, así tendremos dos parejitas.

-¡¿Dos, cuales dos!?- la desesperada voz de Luka.

Gakupo miró hacia ambos lados sin soltar la mano de Rin presintiendo que el apocalipsis estaba próximo en esa casa.

***

-¿Por qué tengo que hacerlo yo?- Len empujó a Kaito hasta la cama y le miró de reojo mientras se deshacía de la liga de su cabello- A veces me gustaría que tu lo hicieras Kaito.

-¡¿Qué!? ¡¿Yo?!- sentado a la orilla de la cama, observando como una de sus mayores fantasías sexuales de los últimos días se hacían verdad en una tarde de verano.

Len Kagamine frente a él, con todas las intensiones de… no podía ser cierto. El pequeño se quitó la camisa dejando expuesto de sus caderas hacia arriba, había una excitación visible en su cuerpo.

-Sí, tengo mucho calor Kaito- entonces sonrió, sonrió como siempre lo había hecho, esa sonrisa llena de lujuria- la verdad es que…- entonces puso sus manos en su cintura y le miró directamente- Tengo que decirte como me siento con respecto a ti.

Kaito le miró atentamente, ¿Sus sentimientos? ¡Dios, no! ¡Ni siquiera él sabía exactamente lo que sentía por Len! Apenas lo empezaba a descifrar… no quería arruinarlo.

-No te preocupes, tendremos sexo de todos modos.- le guió un ojo y comenzó a acercarse lentamente.

-Que!- Grito Kaito muy nervioso.

Len en ese momento con todas sus fuerzas lo lanzo a la cama y Kaito quedo estupefacto, ese momento era para ellos dos y Len planeaba disfrutra de este momento como ningun otro, ya que estaba con su adorable principe de hielo.

Kaito ya no aguantaba el hecho de no sentir los suaves labios de Len asi que se acerco lentamente y con cierto nerviosismo y poso sus labios al gemelo, fundiendose en ondas de placer.

Len se sonrojaba pero le agradaba sentir la suavidad con la que Kaito lo trataba, pero este queria algo mas rudo para comenzar, asi que enseguida...

Cada caricia, que sentía sobre su cuerpo, le asía estremecerse profundamente, kaito estaba encantado, pero cada segundo q pasaba perdía más el control, quito la camisa del pequeño, mientras que besaba sus delicadas manos.

 Después le desvistió por completo, mientras admiraba su bello cuerpo, Len se sintió un poco avergonzado y bajo la mirada mientras que su rostro se sonrojaba por completo. Kaito sabia que esas expresiones eran para exitarlo mas, tomo el mentón del rubio mirándole atentamente a los ojos 

 -no tienes por qué avergonzarte si eres el ser ms hermoso sobre la tierra, aparte tu me llevaste a este punto-
Len sonrió maliciosamente y se refugió en su pecho, el mayor le tomo de los hombros y lo hizo recostarse, Len trago saliva nervioso pero decidido, el mayor le sonrió mientras baja su cabeza para lamer uno de los pezones del rubio, este se agito un poco pero a la vez gemía profundamente, el mayor respondió a esta reacción presionando el otro pezón con sus dedos.

 Len se removía en la cama eran tan profundas las oleadas de placer que sentía que era incapaz de quedarse quieto, kaito levanto la mirada y observo a el rostro de Len, este estaba cubierto por pequeñas gotas de sudor y su rostro de un rojo carmesí que le asían lucir hermoso, esto sobre éxito al mayor y dejo de lado los pezones del pequeño.

 Y bajo hasta quedar en medio de las piernas de este, el rubio le miraba salvajemente exitado, kaito inclino su cabeza y Len grito de placer al sentir como kaito introducía su pene en su boca, kaito comenzó a lamer y a chupar mientras que Len no cavia en sí mismo. -

-Ahh, por favor continua mas...!- ,kaito se detuvo un poco agitado mientras le veía a los ojos

- ¿Que ocurre..¿ Quieres mas? - Pregunto Kaito.

-Si quiero mas de ti, me encanta- Dijo Len muy sonrojado- Quiero que me desees a tal punto que sea yo el unico tema en tu mente.

Kaito se sonrojo al oir eso, ya que el tenmia toda la razon, por que Len era el unico que ocupaba su mente.

Kaito se acerco nuevamente a el y lo pocisiono para penetrarlo, introdujo nuevamente su pene y Len dio un grito de placer. Asi pasaron los minutos y ya habian llegado al climax, y culmino en que ambos llegaron al orgasmo derramandose el uno con el otro.

Len quedo recostado en el pecho desnudo de Kaito, sudados y satisfechos.

-¿Te gusto?- Pregunto Kaito 
-Si y mucho!-

En esmomento se empezaron a escuchar unos ruidos de unos pasos que se venian acercando. Len fue el mas rapido en reaccionar y se empezo a vestir, haciendo que Kaito se sorprendiera e hiciera lo mismo.

Se vistieron rapidamente, justo a tiempo para ver entrar a Rin y Gakupo a la habitacion de Kaito. La pareja se les quedo viendo fijamente y con una sonrisa de complicidad.

-¿Que estaban haciendo? -Pregunto Gakupo con una mirada de sorpresa

-¿De que hablas?- Respondio con otra pregunta el nervioso principe de hielo

-Ya, Kaito, solo nos la pasabamos en grande, debo admitir que al principio dolio, pero todo a valido la pena- Dijo Len con una gran mirada pervertida en los ojos.

Rin al ver la cama deshordenada, le sonrio a Len con complicidad, Ambos gemelos sabian lo que cada uno era capaz de hacer, y sin lamentaciones.


                                                            Fin!<3


viernes, 15 de marzo de 2013


Capitulo 7- Realmente, me queda bien el amarillo

Cuando llegaron a la feria, lo único que se podía ver desde el carro era la enorme montaña rusa y todo lo que le rodeaba. En verdad era fabuloso poder observar todo eso desde un lugar tan incómodo como lo era el carro, no porque fuera un carro incómodo, sino porque el ambiente dentro estaba un poco tenso con Len mirándolo a cada segundo, guiñándole el ojo y mandándole besos sin que NADIE se diera cuenta.

-¿Me estaré volviendo paranoico?- se maldijo en un instante mientras aparcaba el auto.

Y todos salieron como disparados del auto.

-¡Parque de diversiones!- los dos gemelos se tomaron de las manos y corrieron hasta la entrada como si no hubiera un mañana.

Ah, pero claro, esos dos eran aún niños. Gakupo y Kaito se miraron por un instante y luego suspiraron, en verdad es que a veces les costaba trabajo frenar sus pensamientos en ese pequeño detalle.

Así es como todos avanzaron cuidadosamente y pagaron sus entradas. Todo parecía como un sueño hecho realidad, todos listos para la diversión sin pensar en nada extraño, o al menos Kaito le estaba bajando a su paranoia cuando Luka lo miró a los ojos.

-Los gemelos son tu responsabilidad- y luego sonrió.

Esos ojos podrían haberlo matado de ser pistolas, así que apretó los puños de sus manos y tragó saliva.

-¡Kaito!- la voz chillona de Miku- ¡Vamos a la montaña rusa!

La chica de coletas verdes estuvo a punto de abalanzarse contra Kaito cuando Len se puso rápidamente entre ellos dos y lo abrazó por la cintura con un toque de lujuria.

-¡Súbete conmigo Kaito!- sonrió tan inocente como pudo, entrecerrando sus hermosos ojos azules.

Eso hubiera sido una segura hemorragia nasal de no ser por el lugar en el que estaban.

“Que lindos” “Parecen hermanos” esos y más comentarios comenzaron a sonar a su alrededor y el sonrojo en las mejillas de Kaito no hizo más que empeorar. ¿Realmente estaba tan hundido en su propia desgracia?

Miku comenzó a hacer un berrinche y miró a Len con ojos amenazadores.

-Kaito- Len se dio cuenta- ¿Podrías traerme una servilleta?- hizo unos ojos adorables.

Y el chico de bufanda azul no tuvo más remedio que ir por la bendita servilleta y dejar a aquellos dos solos, a lo mejor era una buena idea después de todo.

-¡Escúchame Len…

-¡Escúchame tú!- Len la miró muy serio, haciendo que la otra chica se sintiera un poco intimidada- Miku, no quiero que molestes, es MI tiempo a solas con Kaito y tengo muchas cosas planeadas, así que, ¿Por qué no te vas a jugar con Luka o algo por el estilo? De todos modos no te interesa Kaito, así que aléjate lo más que puedas- se pasó la mano por el cuello haciendo una seña “muérete”- así que hazme caso.

Dicho esto volvió a sonreír y Kaito llegó con la bendita servilleta.

-Ni siquiera sé para que la quieres- se la entregó. Entonces sus ojos se desviaron hacía Miku que parecía bastante perturbada, casi al punto de estar… ¿tranquila?- ¿Qué ha pasado?

-Nada- Len se abrazó de nuevo de su cintura- Miku nee-chan y yo platicábamos sobre lo hermoso que es este lugar.

-Ah- fingió que le creía.

Porque si no hubiera conocido a Len hubiera jurado que era el niño más adorable del mundo, pero se estaba pegando demasiado a su cintura ahora y esas manos comenzaban a causarle escalofríos. Definitivamente se sentía bien, pero ¡Por dios! Su paranoia iba en aumento mientras todos sonreían a sus alrededores y fingían que era una escena encantadora.

Y así el tiempo pasó estúpidamente mientras subían a algunos juegos todos juntos y después de todo, llegó el momento en el que quedaron sólo los gemelos junto con Kaito y Gakupo… si, era hora de llevar a cabo el plan, ahora que no había nadie.  

Len tomó la mano de Rin y la miró.

-Es hora- le susurró y la soltó.

Rin estaba nerviosa, sus piernas temblaban de cierta manera, y el tan sólo mirar del chico que le gustaba hacía que sus mejillas se pusieran coloradas, una chica que podía ser tan linda como una niña pequeña pero tenía la suficiente madurez para todo tipo de cosas.

Respiró hondo y asintió con la cabeza esperando que algo pasara.

-¿Qué traman?- Gakupo se quedó a lado de Kaito, mirando a los gemelos de reojo, cruzado de brazos.

-No creo que nada que no sepas- le devolvió la mirada y sonrió- si haces algo horrible te matará.

-¿Len?- su semblante cambió a uno cargado de pavor- ¡¿Qué se supone que debo hacer?! ¡Kaito!- lo agarró de la bufanda con las dos manos desesperadamente- ¡Tienes que salvarme!

Kaito sonrió con pena y lo agarró por la cintura para guiarlo mientras caminaba lentamente.

-Tú sólo relájate, ya sabrás que hacer.

Así fueron caminando los cuatro hasta que Rin entró en la rueda de la fortuna y Gakupo fue arrastrado hasta allí con todas las fuerzas que tenía Kaito.

La puerta se cerró y los dos tortolitos quedaron adentro de una sola cabina, ahora dependía de Rin hacer su confesión y del samurái no romper el corazón de la pequeña Rin Kagamine o sufriría las consecuencias de un mundo plagado de infiernos y miles de demonios creados por la mente de Len.

¿Por qué tenía que ser la rueda de la fortuna?

-¿Por qué allí?- Len había preguntado estando los dos gemelos planeándolo todo- ¿No puedes escoger un lugar menos trillado y cursi?

-No- la chica se sonrojó de pies a cabeza e hizo un puchero- tiene que ser allí y no aceptaré otro lugar.

Claro, a veces Len olvidaba que después de todo, Rin seguía siendo una niña como todas y tenía sueños y pensamientos extraños como toda niña. Ah, y pensar que Rin era verdaderamente adorable cuando no pensaba como una niña tonta, eso le hacía reír a veces y lo clasificaba como pensamientos de niño inmaduro, lo cual era. También era una de las razones por las que le gustaba Kaito, él era tan inocente pero a la vez un misterio que le gustaba tratar de resolver; sus pensamientos de niño le hacían querer tomas el reto de domar al hermoso de Kaito Shion y ahorcarlo con su misma bufanda azul.

Quiero quitársela

Y mientras Kaito miraba atentamente como la rueda de la fortuna prendía sus luces en una escena estúpidamente romántica, Len tomó su bufanda y la empezó a desenredar de su cuello lentamente.

-¿Len?- lo miró atentamente mientras veía el azul deslizándose entre sus manos.

Un azul casi perfecto ante las luces que lo pervertían, un azul que paseaba entre lo blanco de sus jóvenes manos. Se quedó hipnotizado por ese momento, ¿Qué importaban las cursis luces de la rueda de la fortuna? ¿Qué importaba el hermoso ocaso y el sol dando paso a la oscuridad de la noche? ¿Qué demonios importaba lo demás cuando esas hermosas manos se ocupaban de su bufanda, enredándola casi inconscientemente alrededor de su cuello, llevando uno de los extremos hacia su rostro para admirar su aroma; el aroma de Kaito.

En las alturas Rin apretaba los puños y pronunciaba algo.

Me gustas

Y Gakupo sólo sonreía amablemente y abrazaba a la chica que tenía frente a él.

No tenías que pasar por todo esto, tú me gustas desde el momento en que te vi.

Las dos sombras se abrazan en lo que queda como la escena de romance perfecta mientras los ojos de Kaito se pierden por completo en los reflejos sutiles de Len Kagamine. Le miró, allí parado frente a él, con su bufanda en el cuello y esa pequeña sonrisa que escapaba de sus labios.

Realmente… el amarillo le quedaba bien después de todo.

Sólo pudo sonreír y acercarse al pequeño para abrazarlo fuertemente, mientras el tiempo pasaba y no podía ser más perfecto para todos los demás. Las cosas pasaban pero a él lo único que le importaba en ese momento era Len Kagamine envuelto en su bufanda azul, envuelto en su aroma.

miércoles, 6 de marzo de 2013


Capitulo 6-Escuchame atentamente, este es el plan...

La mañana había empezado con un poco de neblina, y el pequeño Len Kagamine sacaba la basura y esperaba en la calle para poder regresar el bote a su lugar.
La mañana había empezado con un poco de neblina, y el pequeño Len Kagamine sacaba la basura y esperaba en la calle para poder regresar el bote a su lugar.

Había tantos pensamientos en su mente, que se revolvía a cada segundo. ¿Qué pasaría por la mente de Rin? Bueno, no importaba, ahora lo que tenía que hacer era idear un plan para que su hermana le pudiera decir al samurái todo lo sentía por él. Complicado… ¡Ah! Si tan sólo pudiera aplastar todo con la aplanadora, eso sería divertido, y sonrió.

Esa tarde Luka había avisado que al siguiente día irían al parque de diversiones, así que los gemelos se fueron temprano a dormir, para planear mejor lo que harían en ese lapso de tiempo; era más que perfecto. Sin embargo Kaito seguía debatiéndose con él mismo, y cuidar a los gemelos en un parque de diversiones no le facilitaba las cosas.

Ahora que todos estaban dormidos decidió escabullirse hasta el comedor para encontrarse a Meiko, si ella siempre daba buenos consejos a pesar de estar ebria la mayoría del tiempo, ¿verdad?

-Kaito- Meiko lo miró con una sonrisa- ¡Vamos siéntate a mi lado te serviré una copa!

El chico de cabellos azules se acercó casi con miedo y algo apenado, se sentó e inmediatamente recibió un vaso lleno de algo.

-¿Qué es esto?

-Es whisky- rectificó Meiko- el sake me cansa a veces, he decidido probar todos los vinos del mundo.

-Que aventurada- comenzó a tomar del vaso e hizo una mueca- ¡Dios! ¿Cómo puedes tomar esto?

-Te acostumbrarás cuando veas lo bien que se siente- y comenzó a reírse por si sola.

Entonces Kaito comenzó a dudar sobre su plan de pedirle un consejo a esa chica.

-Como sea Kaito, haz venido a decirme que…- lo miró seria- que no sabes que hacer.

-Meiko- se tomó el vaso de un trago, dejando a Meiko sorprendida- ¡No se que hacer con Len Kagamine!

La chica se quedó más sorprendida por el vaso que por su confesión, pero sonrió primero y luego se puso a reír.

-¡¿De qué te ríes?!- se sintió ofendido- Es algo importante para mi…- se puso algo triste- no se que hacer, a veces creo que está mal y todo es culpa de Gakupo y todo eso… pero luego pienso que lo quiero y Luka me dice tales cosas y tengo que cuidarlos y…

-Cállate Kaito- Meiko le sirvió un poco más- ¿Sabes? Me gusta tomar el whisky acompañado de agua mineral- sirvió el agua mineral y lo batió- así sabe mucho más fresco.

Kaito estaba confundido, en realidad que Meiko estaba ebria y no podía dar ningún consejo, ¿qué tenía que ver el whisky con Len? Sus problemas le rondaban aún la cabeza, y claro también esa sensación de mareo con tan sólo un vaso; que poco aguante tenía.

-Pero no significa que esté mal- prosiguió Meiko- todos se lo toman como quieren, ¿sabes? Kaito, deberías tomártelo como quieras, de todos modos tiene el mismo efecto en todos los seres humanos.

-Meiko…

Ahora lo comprendía, la analogía de su amiga, el whisky era como el amor, ¿tal vez? Cada quien se lo toma como quiere y no esta mal, a fin de cuentas produce el mismo efecto en todos.

-Pero yo…

-Ya se- la chica siguió bebiendo- te gusta Len, pero no sabes si sientes algo más.

-¿Te puedo preguntar como es que lo sabes todo?

-Bueno- le guiñó el ojo- piensan que estoy ebria todo el tiempo, pero soy muy observadora- río- Miku es una pesada pero no te quiere, sólo es un capricho. Luka está tan preocupada por los “pequeños” que no se da cuenta de que son unos adolescentes. Gakupo… él es extraño, es como un niño pequeño y travieso y tú eres realmente un pequeño inocente Kaito, aunque mueres por ese niño.- hizo una pausa- y todo por el comentario “te queda bien el amarillo” yo también pienso que si.

-Pero si es… ¡un niño!- Kaito se llevó las manos a la cabeza- Y sólo me gusta, yo no quiero herirlo, yo…

-Kaito, el amor no nace de la noche a la mañana, deberías acercarte a Len, tratarlo y todo eso. Sabes muy bien que lo demás ya saldrá cuando tenga que hacerlo.

Sabías palabras, Kaito sintió que una luz divina iluminaba a Meiko desde el cielo y comenzó a llorar de felicidad. Cambió la bebida por un buen helado y siguió compartiendo la velada con ella, entre risas y demás tonterías porque ya se sentía mas aliviado, decidió que pasaría el siguiente día con Len y sólo se dejaría llevar.


***

-Bien- Len pasaba el cepillo por el cabello de Rin frente al espejo- debemos repasar el plan.

Rin asintió, sentada en un banquito, mirando como su hermano se veía tan femenino cepillándole el cabello.


-Nos quedaremos a solas con Kaito porque se supone que nos tiene que cuidar- le colocó la diadema blanca- Para ese entonces yo ya habré hablado con Kaito y así haremos lo posible por dejarte a solas con Gakupo y de allí…

-Allí ya es mi turno de hacer las cosas- suspiró- estoy algo nerviosa- sonrió de lado.

Len la abrazó por la espalda.

-Todo va a estar bien- sonrió ante el espejo- si te dice algo horrible, lo mataré.

Los dos gemelos sonrieron ante el espejo, gotas iguales de un mismo origen. Rin y Len se tenían un cariño inigualable, se protegían entre sí y siempre compartían, quizá era porque siempre habían estado solos, teniéndose mutuamente.


***


Por su parte, Kaito repasaba en su habitación, lo que tenía que hacer. Vistió un simple pantalón negro con una camiseta azul fuerte y su bendita bufanda.


Luka había preparado todo y ahora se sentía mas tranquilo al pensar que tendría con él a los gemelos… a Len, tan cerca de él. Se ruborizó un poco al pensar en esas imágenes que recorrían su mente pero no se sintió tan mal cuando pensó en las tranquilizadoras palabras de Meiko.


Escuchó que llamaban a su puerta y abrió sólo para encontrarse con el pequeño susodicho.


-Kaito- Len entró a la habitación y cerró la puerta tras de sí mismo- Necesito hablar contigo.


-¿Conmigo?- sintió el calor en su cuerpo. ¿Hacía cuanto días que no se quedaba a solas con él?- ¿Qué pasa?- se sentó en la silla del escritorio.

Len cruzo los brazos frente a él.


-No voy a aceptar un “no” por respuesta- sonrió coquetamente.

¿Acaso era ese otro de sus juegos? Kaito tragó saliva.

-Ah, eres tan lindo Kaito- Len se acercó y le acarició la mejilla- pero hoy no vine a hacerte nada malo, estoy enojado porque me haz estado evitando.

-¡Len yo…!


-No digas nada- puso uno de sus dedos en sus labios- Vine a hablar de Rin y Gakupo. Tienes que ayudarme. Mi hermana está enamorada de ese hombre y quiere decírselo, tienes que ayudarme a que se haga esa pareja, ¿me entiendes?

Kaito pensó en eso cuidadosamente, ¿No se suponía que Gakupo y Rin ya…? Entonces…

-Te ves confundido- Len le sonrió- vamos Kaito, hasta yo entiendo la diferencia entre gustar y amar.


 ese adolescente… se acercó mucho más a Kaito, se sentó en sus piernas como lo había hecho en la sala hacía algunos días y besó con lujuria su mejilla mientras pasaba sus brazos alrededor de su cuello.

-¿Lo entiendes?- le susurró en su oído.


Y era otro de esos momentos cuando sentía que la bufanda era estorbosa; esas imágenes eróticas comenzaron a pasar por su mente y pasó sus manos por la cintura de Len para atraerlo más hacia si mismo en un abrazo.

-Lo entiendo- dijo al momento que lo acercaba más a su cuerpo.

Len se dio cuenta del cambio repentino y sintió una sensación rara, ahora que Kaito estaba respondiendo a su coqueteo… tal vez, si seguían así…


-Kaito- pasó su lengua por su oído y lo mordió suavemente.- Cuando dejemos a esos dos juntos… tú y yo podemos divertirnos un poco, ¿no crees?

No podía soportarlo más, si Len seguía murmurando así, si seguía moviendo lentamente sus caderas sobre sus piernas, si seguía haciendo eso…


Kaito lo abrazó un poco más fuerte, quería sentir su cuerpo, quería dejarse llevar por todas esas sensaciones; y Len se dejaba llevar por ese chico, sonrió ante su nerviosismo, y…

-Chicos- Luka abrió la puerta en punto dos segundos.

Lo que le dio tiempo a Kaito de acercar a Len un poco más, recargar su cabeza sobre su hombro y mirar a Luka con cierta naturalidad.

-Rin me dijo que Len estaba aquí y…- los miró- Ah que ternura, se quedó dormido otra vez en tus brazos- la chica se llevó las manos a las mejillas- es por levantarnos tan temprano- sonrió- bueno, ya vámonos. Apresúrate Kaito, si no quieres que Meiko maneje.

Y la chica salió con una sonrisa.

-Eso… estuvo demasiado cerca- Kaito sintió un gran alivio.


Len sólo soltó una risilla, ese sería un gran día, y lo mejor era que podría pasarlo junto a Kaito sin ninguna distracción. Porque Len no sólo había hecho el plan de Rin, sino otros planes que involucraban deshacerse de Miku y aparentar con Luka. Todo eso gracias a Meiko, quien le había explicado algo con un whisky.

sábado, 23 de febrero de 2013


Capitulo 5- Celos de hermanos y consejos de amigos

Los celos son un sentimiento involuntario, es algo que se puede controlar haciendo una mueca rara con el rostro y disimulando que no afecta, sin embargo no por eso se deja de sentir. Inclusive puedes apretar los dientes durante la noche y de todos modos vas a seguir sintiéndolos.

Esas fueron una de las pocas cosas que Len Kagamine hacía para combatir sus celos, de Miku, de Gakupo y de Rin. ¿Por qué de ellos? Sentía celos de Rin porque ella había hecho algo que él aún no, tenía celos de Gakupo porque a fin de cuentas estaba haciendo cochinadas con su hermana y se creía con el derecho de toquetear a Kaito también, y la más importante, tenía celos de Miku porque esa desgraciada siempre andaba prendida de su hermoso chico helado.

-Len- Estaba Luka revisando su dentadura, llevaba más de dos días con ese hábito extraño- Deberías dejar de apretar los dientes por la noche, es malo, no quiero tener que llevarte al dentista.

En la habitación de Luka, todo era de un matiz casi rosa con unos toques pasteles que le hacían ver femenino pero no aniñado, era simplemente un ambiente digno de una madre cariñosa.

-No lo hago conscientemente- Len se disculpó y se sentó en el suelo, mirando a Luka desde abajo- Es sólo que Rin no escribe desde hace dos días y está toda rara, por otro lado ¡Kaito me ignora! Nunca se quiere quedar a solas conmigo- cruzó los brazos con molestia.

-¿Rara?- al parecer Luka no había escuchado el “Kaito me ignora”- ¿Por qué no intentas hablar con ella?

Len se le quedó viendo algo extrañado.

-He hablado con ella- dijo- dejaré de apretar los dientes por la noche cuando todo se ponga en paz.

Dicho esto se puso de pie y se salió de la habitación de Luka para deambular por los pasillos de noche.

Luka se quedó pensando en muchas cosas y luego sonrió; después de todo, le había pedido a Kaito que cuidara a los gemelos y lo estaba haciendo perfectamente bien.

***

Ahora estaba sin saber que hacer, había estado evitando al pequeño Len por más de dos días y se sentía un poco culpable. No podía dejar de pesar en sus piernas, en sus caderas, en ese delicioso cuerpo que…

-¡¿Pero qué me pasa?!- se llevó las manos a la cabeza mientras comía su pequeño aperitivo de media noche.

Estaba sentado en la mesa, con su pijama puesta, comiendo un litro de helado, sólo para compensar el no poder dormir.

-Yo también me pregunto lo mismo Kaito- la voz de Gakupo a un lado suyo se hizo presente.

Kaito lo miró casi con miedo.

-¡¿Qué haces aquí?!- luego se le cruzó por la mente otra cosa- Gakupo… eres un idiota- metió la cabeza en el helado.

-¡¿Yo?!

Si, había sido por culpa de Gakupo que Kaito no podría acercarse a Len, y también había sido su culpa que se obsesionara con él… y, dios, ya ni siquiera recordaba el por qué era todo culpa de su amigo.

-Kaito- el samurái sacó a su amigo del helado- no es sano que hagas eso- lo miró con una sonrisa pícara- tu deberías de dejar de hacerte menso.

-¿Cómo tu?- lo miró- ¿Qué le hiciste a Rin?

“La pregunta” eso que todos querían saber.

-¡Kaito!- Gakupo saltó a sus brazos con lágrimas en los ojos- Deberías preguntar… ¿Qué me hizo ella?

¿Ella? Kaito no podía creer que hubiera sido su amigo el violado, pero ahora que lo pensaba mejor, también Len había sido el causante de sus desvelos y desesperadas noches de helado.

Rin y Len

Rin y Len…

-Esos gemelos son tan precoces- Gakupo comenzó a comer del helado de Kaito- pero ahora que Luka te ha pedido que los cuides, estás todo el tiempo con Rin y a Len lo abandonas.

-No es eso- los dos comían del helado como dos mujeres deprimidas- lo que pasa es que eres un pedófilo.

-¿Yo? Oye Kaito, ¿te haz visto en un espejo?

Los dos amigos comenzaron a reír ante la ironía de la situación.

-De  cierta manera, nosotros sólo somos víctimas- razonó el samurái- ahora lo inevitable se ha hecho realidad. Ahora tú debes decidir, mejor dicho, si quieres dejarte llevar por el jueguito de Len o hacerte un adulto responsable.

El chico de hielo se quedó pensando largo rato con la cuchara en la boca, ¿el jueguito de Len? Le gustaba ese juego, le hacía sentir ese calor que recorría su cuerpo todas las noches, esa necesidad de tocarlo, de hacerlo suyo, esa lujuria que jamás en sus veinte años había sentido nunca.

Lo que pasa es que Kaito es un niño pequeño, y Len es un muchacho lujurioso. O al menos a esa conclusión había llegado el mismo Kaito frente a su escritorio, con una hoja de papel y un nuevo helado esperando a ser comido hasta la última cucharada.

Al menos sabía que esa noche Gakupo no sería violado, porque la habitación de los gemelos se encontraba custodiada por él.

-Len…- suspiró al tomar un lápiz y comenzar a hacer trazos en la hoja.

Lo imaginó de nuevo, esta vez se dejó llevar por las imágenes que hacía su mente sobre sus ojos.

El pequeño Len sin ese estorboso short, con sus mejillas rojas y los labios medio abiertos. Su cabello suelto y revuelto, sin esa camisa….

Puso sus manos entre sus piernas con un gran sonrojo en su rostro.

-¿Qué es lo que estoy pensando?- no podía evitarlo.

Bastaba una simple imagen para ponerlo así, y la verdad es que no quería dejarse llevar por ese sentimiento necesitado que atravesaba su cuerpo, quería… necesitaba…

Se paró silenciosamente y puso el seguro en la puerta de su habitación; no quería ninguna interrupción.

Así comenzó a imaginar… el besar su cuello, y ese gemido imaginario que salió de sus pequeños labios, mientras pasaba sus temblorosas manos por su pecho, enredando sus dedos en su larga bufanda.

¿Qué clase de expresión haría Len en un momento como ese? De seguro sonreiría maliciosamente y abriría sus piernas lo más posible. Cerró sus ojos para imaginarlo mejor, hizo a un lado la bufanda y procedió a atender lo que había entre sus piernas que demandaba atención. Metió su mano izquierda por debajo de su ropa interior y suspiró al sentir su propia exaltación.

“Kaito” de seguro gemiría de esa manera, y mostraría su pecho desnudo “tócame”

Mordió su labio inferior para no hacer ningún ruido y comenzó a mover su mano experta por entre sus piernas, tomó su erección con cierta duda y comenzó a darse un poco de placer momentáneo.

“Ah” de seguro cerraría sus ojos azules y le dejaría hacer lo que quisiera “Kaito, dame todo lo que tengas”

Continuó con ese movimiento que le estaba volviendo loco, ese movimiento que le alentaba a gritar, a salir corriendo de su habitación y tomar al gemelo rubio que le atormentaba en las noches de insomnio.

Su nombre saliendo de los labios de Len, esos gemidos que sus manos provocaban.

-Ah- no podía aguantarlo más.

Se dedicó por completo a atenderse a si mismo y sintió pronto su orgasmo.

“¡Ah” acompañado del orgasmo de Len en su imaginación. Sacó su mano de donde estaba y alcanzó la caja de kleenex que estaba en su escritorio.

-Diablos- mencionó con un notorio sonrojo en su rostro mientras limpiaba todo- me voy a volver loco.

Fue cuando sus ojos azules se fijaron en la hoja blanca frente a el.

Shotarella escribió de repente y no pudo detener su escritura en toda la noche. La inspiración había regresado a él en forma de un bello gemelo rubio llamado Len Kagamine, ¿verdad?

***

Len no podía dormir, cruzaba los brazos por atrás de su cabeza.

-Rin- sabía que ella también estaba despierta.

-Len- ella le contestó.

-Nunca me contestaste- estaba un poco molesto.

-Lo siento Len- Rin asomó su cabeza desde su cama, que era la de arriba- En seguida lo haré- sonrió- es que… realmente creo que estoy confundida.

Dicho esto, se bajó de la cama y caminó hasta el pizarrón para escribir con el plumón morado.

-¿Confundida? ¿Por qué?

“Ya… y creo que lo amo” puso sin más y se sentó en el piso.

Los ojos de Len se abrieron de par en par, dejando ver ese brillo azul en sus ojos.

-¿Enamorada?- caminó rápido hasta sentarse a un lado de Rin y la abrazó con emoción- ¡Es increíble Rin! Ahora debes lucha por él, claro que si te hace algo lo voy a matar.

Rin sonrió un poco insegura.

-Len, ¿Tú sientes algo por Kaito?

Se quedó callado de repente y se sumió al silencio. Se puso de pie y escribió con el plumón azul.

“No lo sé… pero lo averiguaré pronto”

Y le sonrió a su hermana, la cual estaba más tranquila después de confesar su amor por el samurái. Len pensaba en como hacer para quitar la seguridad que los envolvía y ayudar a Rin para que estuviera a solas con Gakupo.

-Debes decírselo- dijo Len- Kaito y yo te ayudaremos- sonrió con seguridad.- se lo pediré de favor y me daré cuenta si realmente siento algo por él.