A new
feeling for you
Si tan solo hubiera sido una pesadilla, nada de esto hubiera
pasado, sin embargo todo sucedio, los corazones salen lastimados y ya no hay
nada que se le pueda hacer.. bueno, pues esa misma suerte tuve, pero nadie sabe
lo que el destino nos tiene preparados…. Que complicado…
Cap 1- Los gemelos Kagamine llegan.
¿Qué es
eso que estaba anunciando su corazón? No podía ser cierto, alguien tenía
que decirle que no era verdad, que lo que veían sus ojos era una mentira, una
doble mentira creada por algún demonio para hacerle la vida imposible dentro de
la casa.
-¡Bienvenidos!-La
chica de coletas corrió hacia el recibidor de la casa y abrazo a los
dos pequeños que acaban de llegar a la casa.
Alguien tenía
que llegar y decir “¡Ja! Eres un ingenuo Kaito, esto es una broma.” Miró a
Gakupo de reojo y entonces pasó saliva porque si su compañero samurai no
se movía ni se reía, significaba que esas personitas amarillas no eran una
broma.
-Pero
que lindos son- Meiko los miró- ¿No es así, Luka?
La chica
de acento americano sonrió apaciblemente dándole la razón a su compañera.
-Pues
ahora somos muchos- mencionó Gakupo por encima de la emoción de todos.
¡Dios! No era
una broma, en realidad había dos personas amarillas, que casi eran idénticas, en
la puerta y llegaban para quedarse a vivir con todos ellos. Y no era que Kaito
tenía un problema con ello, era sólo que le sorprendía y sentía un revoltijo en
su estómago, es más, ni siquiera soportaba la idea de comerse un helado.
-Mucho gusto-
mencionó la niña amarilla- me llamo Rin y él es mi hermano Len- apuntó al niño
amarillo.
Los
gemelos estaban entusiasmados, pero Kaito entraba en pánico, cada segundo un
poco más,hasta que no pudo contenerse más.
-¡Gente amarilla!-
gritó apuntándolos y luego corrió hasta su habitación.
Sólo
se escuchó que se cerró la puerta con seguro, y todos se quedaron
boquiabiertos ante la imagen que había dejado el chico de bufanda azul.
-Tendrán que
perdonarlo- dijo Gakupo sin poder aguantarse la ria- lo que pasa es que a Kaito
le sorprende conocer gente nueva, y además- no podía, en realidad no podía dejar
de reírse- ayer tuve una plática con él y ha provocado sucomportamiento.
Luka le mandó
una mirada furiosa.
-Tuviste
la charla de los colores con Kaito- susurró resolviendo el misterio.
Y los
demás se quedaron satisfechos, claro que los gemelos los miraron raro y se
que daroncon sus dudas.
-¿¡De
qué hablan?!- dijeron los dos al mismo tiempo, claro los Kaganime estaban
muy sincronizados.
Gakupo
los miró a los ojos, en especial a Rin porque parecía que en cualquier momento
lo mataría. Le sonrió amablemente e hizo un gesto con la mano.
-Le dije
a Kaito que el amarillo le quedaba bien- y continuó riendo.
Los
gemelos se quedaron igual.
-Bueno-
Len suspiró- lo mejor será instalarnos en nuestra habitación y comenzar con
el trabajo.
Todos estuvieron
de acuerdo.
Sólo quedaba
una duda entre todo el espectáculo que se acaba de armar, y era “¿Porqué Kaito
había actuado de esa manera?” Todo se remontaba a una noche antes,cuando Kaito
deambulaba en su habitación con un pequeño botecito de helado en las manos.
-Es que no lo
puedo creer de otra manera- Se pasaba el helado de vainilla por todos los rincones
de su boca, sin desperdiciar ninguna gota de sabor.
-Así es
mi querido amigo- Gakupo estaba acostado en la cama de Kaito, con los ojos
puestos en el techo, tratando de encontrar una respuesta a todas las inquietudes
de su amigo- Todos en esta casa son colores, ¿lo ves? Digo, Miku es algo como
verde tirándole a azul. Luka es rosita de pies a cabeza, yo soy morado, tú eres
azul,Meiko es como rojo, pero a veces me confunde y pienso que es café.
Si,
el razonamiento del samurai era un poco muy simple para la cabeza fría de Kaito.
-¿Entonces?-terminó
su helado y miró a Gakupo- ¿Qué hay con eso?
-Verás-
se sentó en la cama- todos los colores se complementan, es como si
hicieras combinaciones, ¿verdad? Es como…- miró el helado- …banana splits,
una combinación de dos cosas que te gustan y así vas a poder cantar otra vez.
El
problema de Kaito Shion era muy sencillo, simplemente no había podido componer
nada desde hacía ya un tiempo, y por más que comía helado y se deprimía en su
habitación,no había podido encontrar la inspiración. Así que, erróneamente le
pidió un consejo al chico samurai, que parecía el más maduro… Mal hecho.
-Entonces,debo
encontrar un color que combine conmigo y así ¿compondré de nuevo?
-Si-Gakupo
no estaba muy seguro de todo lo que había dicho, pero le parecía divertido el
ver que a todo lo que decía, Kaito siempre le daba su aprobación.Era tan
obediente e inocente- Encuentra un color- sonrió burlonamente- No se,por
ejemplo, un amarillo no te caería nada mal.
Allí
quedó esa plática, y ahora Kaito estaba encerrado en su habitación, meditando
todo lo que acaba de pasar.
Y
Gakupo Kamui moría de risa por dentro mientras ayudaba a los gemelos a
instalarse en su habitación.
-Bien-
dijo dejando sus cosas en el suelo de la nueva habitación que tenía una litera
y algunos muebles para guardar cosas- bienvenidos a la casa.
No dijo nada
más y salió de la habitación.
-¡Yo
quiero arriba!- gritó Len Kagamine, que comenzó a subir por la escalera.
La
pequeña Rin lo tomó del cinturón y lo tiró al suelo.
-Yo
voy arriba Len- Rin lo miró con una sonrisa burlona y subió por la
escalera mientras su hermano se recuperaba del golpe.
-¡Eres
una tramposa!- se sobó la cabeza- no importa, quédate con la de arriba- hizo
una mueca de disgusto y fue directo hacía las maletas.
Sacó su ropa
y comenzó a acomodarla en los cajones que había disponibles.
-La izquierda
es mi lado Rin- anunció- mi ropa irá a la izquierda y la tuya a la derecha.
Rin
se recostó en su nueva cama con los brazos cruzados detrás de la cabeza,
ignorando completamente a su hermano gemelo, que tenía una manía extraña por
tener todo ordenado para no confundir la ropa y no llegar a ponerse alguna ropa
indeseable que fuera de ella.
-¿Crees
que todos son amables?- Rin interrumpió el largo monólogo que Len llevaba a
cabo mientras acomodaba todo.
-Pues…-
se detuvo- Creo que algunos son buenos y otros no me interesan en absoluto.
Los hermanos
Kagamine se miraron por un instante y luego sonrieron, como si fueran cómplices
de sus propias travesuras.
-Comencemos por
el hecho de que ninguno nos dijo su nombre- Len se sentó con las
piernas cruzadas sobre el piso de madera- Sólo sabemos que Kaito es el chico que
salió corriendo…
-Nos
dijo“gente amarilla”- lo recordó Rin mientras bajaba de su cama para ponerse
frentea su hermano- es muy lindo y gracioso- sonrió de lado.
-Lo es-trató
de recordar su fisonomía lo más posible- será una presa fácil- sonrió.
-Es
el hermano mayor que siempre quisiste, Len- Rin se puso a pensar- Yo más
bienquiero al chico de morado.
-¿El samurai?-
Len trató de recordarlo.
Si, el
más pequeño de Kagamine podía llegar a ser muy torpe en cuanto a recordar las
cosas y demás estupideces de las que Rin se pasaba la vida muriendo de risa.
-En la
cena investigaremos los nombres de todos y haremos un plan- Rin se puso de pie
y buscó algo entre las maletas.
Sacó un gran
pizarrón blanco con muchos plumones de colores y lo colgó en una de las paredes
con un martillo. Oh si, los gemelos venían preparados para la guerra. Y Rin era
la comandante de todas las jugadas, Len era el chico malo que hacía el trabajo
sucio, pero lo disfrutaba tanto como Rin. Podían llegar a ser algo diabólicos si
se les encontraba el lado malo.
-La chica de
pelo verde me cae mal- mencionó Rin al tomar el plumón verde y escribir algo en
el pizarrón.
“mal”
puso con verde. “guapo” puso con morado. “esquís” puso con rojo. “rara” puso
con rosa. “súper extra raro” puso con azul.
-Bien-
se volvió a sentar frente a su hermano- ya está todo listo. Ya sabes lo que
hay que hacer.
Len la
miró atento, repasó el pizarrón y luego la miró de nuevo.
-Si, ya está
todo planeado Rin.
****
Cuando llegó
la hora de la cena, como era de costumbre, cada quien se turnaba para hacerla. Y
había sido hoy el turno de Meiko, la señorita más ebria de toda la casa.
Estaban todos
en la mesa, con grandes platillos frente a sus caras y en silencio mientras
Meiko servía el sake para todos.
-¿No
hay refresco?- preguntó Rin en la voz más suave y linda del mundo.
Algo a lo que
Len se quedó sorprendido, pero fijó su vista en el plato.
-Enseguida-Luka
se paró de la mesa e hizo todo lo necesario para servir el refresco a los más
chicos.
Los
gemelos sonrieron y comenzaron a comer, ya que nadie hacía ningún ademán por
decir o hacer algo.
Cada
quien estaba en su mundo, platicando y haciendo lo que ellos sabían, como
ignorando a los gemelos, a excepción de Kaito, que los miraba casi con miedo.
-Kaito-mencionó
Len por arriba de las voces de los demás.
Y todos
se quedaron callados, mientras el chico de cabello azul sentía que un
escalofrío le recorría todos los nervios de su espalda.
-Es el único
nombre que me sé- sonrió como un niño pequeño lleno de ternura.
-Cierto-Rin
lo miró e hizo un puchero- Kaito es el único nombre que nos sabemos.
Luka se
dio cuenta de lo que querían decir los pequeños y su instinto de hermana mayor
más responsable que Meiko, le hizo presentar a todos los demás para comenzar
denuevo.
-Me
llamo Megurine Luka- dijo la Vocaloid de cabello largo y rosa- Me gusta cantar en
inglés y amo el pescado más que nada en el mundo- sonrió.
Y
los Kagamine pensaron que no era tan rara después de todo; era más sincera.
-Me llamo Hatsune
Miku- y siguió comiendo.
Rin
sintió que ella estaba celosa, pero no sabía de que.
-Soy
Meiko-simplemente con una sonrisa- prometo no poner el mal ejemplo hasta que
se a costumbren a verme ebria.
Len pensó que
ella era demasiado graciosa.
-Soy
Kamui Gakupo- el samurai hizo una reverencia y sonrió sólo para la más grande de
los gemelos.- Y amo la berenjena.
Su corazón se
aceleró por un instante.
-Soy
Shion Kaito- suspiró casi con miedo- lamento haber dado tan mala primera
impresión,pero es que…- miró directo a los ojos de Len y se sintió intimidado
de nuevo-el helado me llega demasiado rápido a la cabeza- se excuso- pero
espero que se diviertan y nos llevemos bien.
-Más
que bien- sonrieron los pequeños.
Pero no
fue una sonrisa linda, fue más bien algo con malicia. Algo que todos
decidieron ignorar y seguir con la cena, felizmente como si nada hubiera pasado.
Esa
noche,los nombres en el pizarrón fueron cambiados y se incluyeron más
estrategias de batalla. Ahora los gemelos dormían plácidamente en sus camas
mientras Kaito no podía dormir debido a que sabía que algo no le parecía del
todo normal